De lo convencional a lo inteligente: Un proceso viable y necesario para las ciudades
Gustavo Higuera, docente de Ingeniería de Telecomunicaciones de la Fundación Universitaria San Mateo
En un mundo cada vez más interconectado, la evolución hacia ciudades inteligentes no solo es una posibilidad, sino una necesidad para enfrentar los retos de urbanización y sostenibilidad. Las ciudades inteligentes, que utilizan tecnologías avanzadas para mejorar la calidad de vida y optimizar recursos, representan el futuro del desarrollo urbano. Esta transición implica una infraestructura de conexión robusta que integra servicios esenciales como transporte, energía, agua y manejo de residuos, facilitando una gestión eficiente y efectiva para los ciudadanos. Además, requiere una planificación meticulosa que incluya diagnóstico, inversión en infraestructura tecnológica, implementación de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y la participación ciudadana.
Cada una de estas etapas es crucial para una transición exitosa. El diagnóstico y la planificación identifican necesidades y oportunidades, mientras que la inversión en infraestructura tecnológica proporciona la base necesaria para nuevas aplicaciones y servicios. La participación ciudadana es vital para que los habitantes se sientan parte del cambio y contribuyan activamente a mejorar su entorno urbano.
Es importante garantizar que esta transformación se realice con sostenibilidad e inclusión. La sostenibilidad minimiza el impacto ambiental mediante la eficiencia energética, el uso de energías renovables y la gestión responsable de los recursos naturales. La inclusión promueve la igualdad de acceso a los servicios básicos y oportunidades, asegurando que todos los ciudadanos se beneficien del desarrollo urbano.
En Colombia, varias ciudades han avanzado hacia modelos de ciudades inteligentes. Medellín ha implementado un sistema de transporte público integrado, tecnologías TIC en seguridad y gestión de tráfico, y proyectos de energía sostenible. Bogotá ha desarrollado el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), un Centro de Control de Tráfico y ha digitalizado varios servicios gubernamentales. Bucaramanga ha adoptado tecnologías para la gestión eficiente del agua y la energía, y ha promovido la participación ciudadana mediante plataformas digitales.
Estos avances, aunque prometedores, presentan importantes retos para que las ciudades inteligentes sean una realidad en Colombia. Para que las ciudades colombianas avancen hacia este modelo, es crucial implementar un enfoque estratégico integral que también esté aterrizado en las necesidades y realidades del país. Primero, es necesario realizar diagnósticos exhaustivos que identifiquen las necesidades y oportunidades de mejora, seguidos de una planificación a largo plazo alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La inversión en infraestructura tecnológica es imprescindible, incluyendo redes de comunicación avanzadas, sensores IoT y sistemas de big data para una gestión eficiente de los recursos.
Es esencial que este enfoque estratégico tenga en cuenta la dualidad de la población colombiana, donde una gran parte vive en zonas rurales y la migración hacia las ciudades sigue en aumento. Este fenómeno demanda una atención especial para garantizar la prestación de servicios básicos a los nuevos habitantes urbanos, asegurando que la expansión de las ciudades no deje atrás a nadie.
Promover la participación ciudadana activa es vital para que los habitantes se sientan parte del proceso y contribuyan a la mejora de su entorno urbano. Estas acciones, combinadas con políticas públicas robustas que prioricen la equidad y el uso de energías renovables, asegurarán que las ciudades colombianas no solo se modernicen, sino que lo hagan de manera inclusiva y sostenible, beneficiando a todos sus habitantes y minimizando el impacto ambiental.